Con este nuevo incremento del impuesto predial, el Municipio de Quito continúa en un proceso sostenido de alza de impuestos a sus ciudadanos.
El día viernes 22 de diciembre, cuando la ciudadanía quiteña está ocupada en otros asuntos, el Concejo Metropolitano de Quito se apresta a incrementar nuevamente el impuesto predial para los quiteños.
Este impuesto, que es pagado por todos los hogares de la capital, así como por los negocios, desde el más pequeño hasta el más grande, viene a sumarse a otros impuestos creados en el año 2017 por el municipio capitalino.
Quito es ya de por si el municipio del país con el precio más alto de bienes inmuebles, fenómeno que solo se agrava con la creación de más impuestos, como lo dice la teoría y lo muestra la práctica alrededor del mundo. Un incremento de impuesto predial afecta el bolsillo de los propietarios de inmuebles pero también tiene impacto indirecto en todos los bienes y servicios que para producirse ocupan inmuebles, esto es, virtualmente, absolutamente todos los bienes y servicios producidos y comerciados en la capital.
Falacia
Los funcionarios que impulsan esta alza de impuestos, llevada a votación por la Comisión presidida por el Concejal Sergio Garnica y defendida por el Secretario de Catastros Ingeniero Francisco Pachano, justifican el alza como si se tratara de una obligación legal del municipio, amparándose en artículos del COOTAD que disponen la actualización de avalúos cada dos años.
Pero como ya lo han mostrado otros Alcaldes del país, la actualización de avalúos, que efectivamente es dispuesta por la Ley, no tiene como condición necesaria un incremento de impuestos. Mientras el avalúo sube y deriva en una revalorización del patrimonio de los hogares, del acervo inmueble de la ciudad y , el impuesto predial puede ser el mismo. En este caso, el impuesto es el que sube además de subir los avalúos, lo que redunda en mayor recaudación, objetivo que los funcionarios han hecho visible en sus declaraciones.
HABITAT III
Para APIVE es importante exponer el efecto que tiene la sobre carga de normas e impuestos en la producción de vivienda. Como ya lo demostraron los expertos provenientes de Brasil cuando visitaron Quito en el año 2016 con motivo del evento HABITAT III, la construcción informal, los asentamientos irregulares y el hacinamiento propio de los países latinoamericanos es consecuencia de la negligencia de la burocracia local, que crea normativas estrictas para los formales, demora procesos y encarece la producción de vivienda por la vía de impuestos crecientes, mientras se hace de la vista gorda sobre la informalidad, desmejorando la calidad de vida de todos los ciudadanos. Quito debería, como lo ofreció en HABITAT III, liderar la innovación en materia urbanística y resolver sus graves problemas de costos burocrácticos y de restricción de oferta formal de vivienda.