Imaginemos que antes de llegar al trabajo ya podemos saber si hay lugar cerca para estacionar, y si es un garage pago o con parquímetro, poder en un click ya reservar el espacio través de intenet. De eso se trata el estacionamiento inteligente o Smart Parking.
El objetivo es reducir el tiempo para encontrar estacionamiento, aminorar el consumo de combustible y sobre todo, quitar de la calles autos que van despacito buscando dónde estacionar.
En el mundo ya son muchas las ciudades que empiezan a incorporar este tipo de soluciones. Chicago y San Francisco, en Estados Unidos; Barcelona y Santander, en España, y Buenos Aires está en camino a ellos con algunas experiencias.
¿Cómo funciona?
Si bien hay en algunos shoppings un primer sistema de estacionamiento que mediante luces indica dónde hay un sitio libre, aquí todo tiene que ve con internet y anticiparse al llegar al lugar. Primero se instalan sensores en el piso de cada espacio para estacionar. Estos dispositivos emitirán una frecuencia (mediante magentómetros y ultrasonido) para detectar la presencia o no de un vehículo. En tiempo real, se conectan a internet, sin cables, sin centrales, y alertan sobre lugares disponibles a una aplicación móvil que poseen los conductores.
Industria Argentina
La buena noticia es que los sensores (uno por cada espacio a controlar) se fabrican en el país. La tecnología de comunicación wifi es similar a la de un celular y su costo no supera los 50 dólares. QuadMinds es una empresa nacional que ya trabaja en soluciones de movilidad. Hasta ahora sus clientes son empresas del área de logística que necesitan tener la mayor eficiencia en sus entregas. Guillermo Castelli, fundador de la compañía que se especializa en lo que se llama “Internet de las Cosas” se muestra entusiasmado con los beneficios del Smart Parking, que ya están probando para empresa con playas de estacionamiento para más de 100 vehículos y destaca que con las restricciones al tránsito particular que se dan (y se van a ampliar) en Centro Porteño, es una tecnología que tiene que llegar a los parking por hora, pero que también podría utilizar la misma Ciudad para informar los espacios en la vía pública a los vecinos.
En el Microcentro, para controlar mejor
El primer uso que le daría al estacionamiento inteligente el Gobierno Porteño sería para poder limitar el abuso de los espacios de carga y descarga que hay en el Microcentro, conocidos como “Cajones azules”. En estos espacios el estacionamiento es permitido sólo hasta 30 minutos. Los sensores pueden avisar no sólo cuándo hay un vehículo ocupándolo, sino contar el tiempo transcurrido desde que llegó y al pasarse del tiempo límite enviarle una orden a una cámara lectora de patentes -como las que controlan la veda a particulares-, para que tome una fotografía del vehículo infractor.
Así es como en un futuro no muy lejano, quizás ya no sea tanto una cuestión de suerte conseguir el mejor lugar, pero de seguro será el fin al mal humor de estar dando vueltas sin saber dónde dejar el coche.