Por lo general las obras de ingeniería, llegando a su última etapa de ejecución, requieren de algunos tipos de pintura para la construcción, que proporcionan una protección extra o para mejorar su aspecto.
Todos los tipos de pintura para la construcción poseen tres funciones básicas: embellecer aportando color o brillo, proteger al soporte frente al clima evitando su deterioro, y permitir el mantenimiento y la limpieza de los paramentos.
Los componentes de estos tipos de pintura para la construcción son:
- Aglutinante o ligante: mineral, polimérico, vegetal, proteínas.
- Disolvente: agua, disolventes orgánicos.
- Pigmentos o colores: naturales o artificiales, minerales u orgánicos.
- Cargas, rellenos, aditivos, de naturaleza variada.
Un dato a tomar en cuenta son los tipos de pintura para la construcción que están clasificados por la norma UNE 1062-1:2004 en función del tipo de ligante o aglutinante: cal, cemento, silicato, aceite, resina: acrílica, vinílicas, epoxídicas, betún, silicona, poliéster, etc.
Existen en el mercado varios tipos de pintura para la construcción con funciones específicas que se clasifican en:
- Anticorrosiva
- Ignífuga
- Protección y tratamiento de la madera
Las propiedades de las pinturas que se deben controlar para asegurar el cumplimiento de sus prestaciones son:
- Adherencia al soporte
- Poder cubriente
- Permeabilidad al agua, vapor de agua y al dióxido de carbono
- Espesor de la capa
- Densidad
- Compatibilidad química con el soporte y el ambiente.
Entre los tipos de pintura para la construcción que existen los más respetuosos con el medioambiente son las pinturas al agua o aquellas con ligantes compuestos por resinas, pigmentos y cargas naturales. Las que contribuyen a la mejora de las condiciones higrotérmicas interiores, saludables y durables son las mejores alternativas.